PERIODOS PREHISPÁNICOS

 


Periodo Lítico o Paleoindio (30.000 a 2.500 años a.C.)
El inicio del periodo lítico Mexicano se establece con la llegada de los primeros pobladores, de los cuales se tienen algunas evidencias arqueológicas importantes que datan de hasta 30.000 años a.C como es el caso de los instrumentos de piedra para trabajos manuales y restos de animales hallados en El Cedral (San Luis de Potosí).

De estos primeros pobladores poco sabemos: estaban organizados en pequeños grupos nómadas, fabricaban herramientas hechas de piedra, hueso y madera, y sobrevivían de la cacería y la recolección. El perfeccionamiento de las técnicas líticas, permitió el desarrollo de grandes puntas de lanzas capaces de perforar la dura piel de los mamuts y mastodontes. 

Hacia el 8.000 a.C., el fin de la glaciación generó importantes cambios climáticos y ecológicos, provocando la extinción de los grandes animales que constituían la base de sustentación de los grupos paleoindios. El paisaje americano comienza a parecerse al actual y los cambios se reflejan en las nuevas sociedades que surgen en este período.

El período concluye aproximadamente con el fin de los cazadores nómadas y el comienzo del sedentarismo alrededor de la agricultura.

Periodo Preclásico o Formativo (2.500 a.C. a 1 d.C.)
Los inicios del Preclásico están definidos por la economía de subsistencia basada en la agricultura, la formación de poblados y el surgimiento de la alfarería; la cerámica es uno de los atributos de las sociedades plenamente sedentarias. 

El Formativo Medio (1.200-400 a.C.), se caracteriza por un mayor control de los recursos agrícolas, algunos de los cuales están acompañados por técnicas intensivas de producción, por la construcción de los primeros sistemas de irrigación y por la formación de grandes centros ceremoniales que integran jefaturas complejas. En estos grandes asentamientos vive una sociedad cada vez más estratificada, donde solo la clase dirigente (compuesta por la nobleza y los sacerdotes) pueden obtener bienes exóticos y de alto rango. Para ello se hace necesaria la existencia de especialistas alejados de la producción agrícola, que elaboran productos de elite con un complicado estilo artístico. Aparecieron nuevos grupos, como los artesanos, y los comerciantes cobraron una presencia más importante.

Durante este periodo tiene lugar el desarrollo de la cultura olmeca, que resume todos los desarrollos culturales de los mesoamericanos de aquel tiempo. De esta cultura son los primeros indicios de escritura y del uso de calendario. Debieron tener una estructura social muy compleja que les permitió desarrollar su escultura y arquitectura monumentales. Los principales sitios de esta cultura son La Venta, Tres Zapotes y San Lorenzo, ubicados en la llanura costera del Golfo de México. Estos sitios corresponden a la llamada área nuclear olmeca.


Periodo Clásico (1 – 900 d.C.)
El Periodo Clásico de Mesoamérica está marcado por el surgimiento de sociedades estatales urbanas con gran número de habitantes, establecidas por sistemas jerarquizados de asentamiento con una estratificación social acentuada. Las ciudades eran cuidadosamente planificadas y trazadas con una clara distinción entre las áreas de habitación de la clase elite y las de la gente común, así como las zonas en que se realizaban procesos productivos y las que se dedicaban a actividades públicas.

La arquitectura pública adquirió mayores dimensiones y estaba dispuesta en núcleos cívico-ceremoniales. Algunas de estas ciudades, se convirtieron en los centros dominantes de sus regiones inmediatas, alrededor de las cuales se controlaban las relaciones políticas, comerciales y las expresiones culturales.


El comercio jugó un papel importante como elemento de interrelación entre estas grandes ciudades estableciendo relaciones tanto en el ámbito cultural, como en lo político. La religión ocupó un lugar muy importante en la estructura social como auxiliar del poder político. 

Periodo Clásico en México Prehispánico
Durante la primera parte de esta época, Mesoamérica será dominada por Teotihuacan, ubicada en el altiplano mexicano, y cuya cultura es punto de referencia y marcará patrones que estarán presentes más allá de su área de influencia y en periodos posteriores. La ciudad Zapoteca de Monte Albán surgió para dominar mucho de lo que es actualmente Oaxaca. Los centros cívicos ceremoniales duraderos como Tikal, Calakmul, Palenque, Copán y otras decenas de ciudades de estados poderosos dominaron las tierras bajas mayas.


Estas ciudades representan a las tres grandes culturas de la época clásica que son: la cultura teotihuacana, la cultura zapoteca y la cultura maya. 
El fin del Clásico se halla marcado por varios hechos, entre ellos, la caída de los centros que habían ganado relevancia tras el declive teotihuacano, el abandono de la mayor parte del norte mesoamericano, el colapso de las ciudades mayas de las Tierras Bajas del centro y el sur, y un importante conjunto de migraciones que daría como resultado la fundación de Tula.

Periodo Posclásico (900 a 1521 d.C)
El Periodo Posclásico es la última etapa del desarrollo independiente de la civilización mesoamericana. Este periodo está marcado por seguir a la caída definitiva de las ciudades del Clásico y por los movimientos migratorios. Este periodo se marca por el surgimiento de grandes sistemas políticos marcados por grandes urbes como Tula y Tenochtitlan.

Las sociedades de este periodo siguieron desarrollándose sobre las mismas bases económicas que eran la agricultura y el comercio. La escritura fue una práctica firmemente establecida y sería un medio eficaz para registrar y reforzar actos rituales, hechos míticos, conceptos religiosos y eventos asociados a la vida de pueblos y gobernantes, lo que la convertiría en una de las fuentes de información fundamental sobre las sociedades mesoamericanas. El desarrollo de un sistema para el registro del transcurso del tiempo sería una de las consecuencias más relevantes de la representación jeroglífica y se convertiría, con la existencia de calendarios regionales, en uno de los rasgos característicos de Mesoamérica.

Periodo Posclásico en México Prehispánico
El Posclásico es el contexto histórico en el que florecieron pueblos como los aztecas y toltecas en el Centro; los mixtecos en Oaxaca; los tarascos en el Occidente; los huastecos en el norte de la llanura del Golfo de México; los mayas en la península de Yucatán y el altiplano occidental de Guatemala y los pipiles en América Central.



El Posclásico se divide en dos subperiodos: temprano y tardío.

Posclásico Temprano (900-1200 D.C.)
En el área maya este sub-periodo se marca por una dominación del norte marcada por Chichen Itzá y una desaparición y prácticamente abandono en la parte central y baja de la zona. El comercio y el contacto con otras partes de la región se establecen vía marítima. La ciudad de Chichen Itzá establece contactos fuertes con partes importantes de Mesoamérica en este periodo. También se encuentran otros centros importantes como Lamanai pero casi todos se centran en partes cercanas a la costa. Chichen Itza cae alrededor del año 1200.

En el área central este sub-periodo se caracteriza por la aparición de la civilización Tolteca que tiene su capital en Tula y por el desarrollo de los Mixtecos con su capital Mitla en el Área Oaxaqueña. Los Toltecas caen alrededor de 1150 y es abandonada la ciudad de Tula. Los Mixtecos sobreviven hasta los tiempos de la llegada de los españoles.

Posclásico Tardío (1200-1521)
Tras la caída de Tula, el valle central se marca por la llegada de grupos aztecanos provenientes del norte. Estos grupos empiezan a ganar poder y establecen alianzas dinásticas con otros grupos de la región. Los aztecas emprendieron conquistas a lo largo del centro de la región. También ellos emprendieron Guerras Floridas para obtener victimas de sacrificio. Los aztecas desarrollaron también un sistema de escritura y un sistema de comercio a larga distancia. Por el otro lado, en el occidente los Tarascos también empiezan a ejercer un control imperial. Las rivalidades entre aztecas y Tarascos marcan este sub-periodo. También se marca este periodo por grandes centros alrededor de los lagos: Tenochtitlan, Tlacopan y Texcoco en las orillas del lago de Texcoco, y centros como Ihuatzo y Tzintzuntzan al lado del lago de Pátzcuaro.

El final del Posclásico ocurrió con la llegada de los españoles hacia la segunda década del siglo XVI. A partir de entonces ocurrió un proceso de transculturación que remodeló las culturas indígenas y sentó las bases de las culturas mestizas de México y Centroamérica.


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